y aún te espero.
Sé que ya no te sirve
mi gastada, vieja
e inútil compañía.
Sé que otro ya
cumple esa labor
con singular maestría.
mi gastada, vieja
e inútil compañía.
Sé que otro ya
cumple esa labor
con singular maestría.
Y ahora observo
en el vacío de mi memoria,
como quien ve
un eterno abismo
en la orilla del Universo,
la magia de tu compañía
y la tierna forma,
la amorosa técnica,
con que alimentabas
mis sueños,
espantabas la soledad,
me hacías creer,
una vez más,
en la felicidad,
las sonrisas,
la alegría.
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