jueves, 21 de marzo de 2013

Poesía en estado líquido


Del cielo cae
esa poesía líquida
que rima y rima
contra el tejado
la ventana
el pavimento
con un ritmo único
inexorable
incomprensible
inenarrable
que grita tristeza
con cada suspiro
de su etéreo poeta.

Biofiloaeda

viernes, 15 de marzo de 2013

Jump


Recuerde que no importa 
qué tan alto sea el salto, 
siempre hay suelo.

Biofiloaeda

jueves, 14 de marzo de 2013

Pretextos paradójicos


Aunque suena a pretextos
en extremo paradójicos
este miedo a perdernos
no nos deja estar juntos.

Biofiloaeda

miércoles, 13 de marzo de 2013

Sentado a la orilla del mar


Esta brisa 
tiene mucho de poético:
es un suave verso 
que acaricia el alma
mitiga los dolores
y transmuta los recuerdos.

Biofiloaeda

martes, 12 de marzo de 2013

Pesca en verso


Vamos a pescar 
amores perdidos 
que estén nadando 
en botellas náufragas
sobre la inmensa 
poesía marítima.

Biofiloaeda

lunes, 11 de marzo de 2013

Olor de solitaria compañía


Mi cuarto huele 
a mate amargo
cigarros tristes
amores perdidos
recuerdos huérfanos
y libros viejos
inigualable compañía
estos íntimos enemigos.

Biofiloaeda

First date


Espero poder encontrarnos
una tarde de estas 
y tomarnos alguna cosa, 
el Universo, por ejemplo.

Biofiloaeda

domingo, 10 de marzo de 2013

Poesía de los nuevos tiempos


Somos poetas
De un tiempo triste
Somos poetas
Sin armonía
Somos poetas
De papel verde
Somos poetas
De economía
Somos poetas
De mucha sangre
Somos poetas
Sin poesía.

Biofiloaeda

sábado, 9 de marzo de 2013

Versículo quimérico


Y una buena tarde Dios dejó de ser ese ente pasivo e indolente que ha venido siendo durante 14 mil eones y usó su tan conocida omnipotencia para exiliar el sufrimiento de la humanidad y hacer que todos viviéramos en hermandad, sin fronteras de ninguna clase, ni físicas ni mentales.

Biofiloaeda

viernes, 8 de marzo de 2013

Los restos de la huida


Esa polvareda que se levanta
cuando un corazón ha huido 
a eso se le llama nostalgia
aunque quiera ser olvido.

Biofiloaeda

jueves, 7 de marzo de 2013

Asesinos naturales


Poniéndose riguroso,
en principio 
cualquiera que procrea 
es ya un asesino: 
para morir 
hay que estar vivo.

Biofiloaeda

miércoles, 6 de marzo de 2013

Equipaje


Un beso sabor a whisky
dos gotas de lluvia
un blues sin guitarra
una mañana oscura
dos tristes canciones
media luna rezagada
una memoria
dos olvidos
una lágrima en un cajón
un olvido
dos memorias
y mi última ilusión...
ese es mi equipaje
en un viaje sin motor
alrededor de mi alma
contigo o sin vos.

Biofiloaeda

lunes, 4 de marzo de 2013

Púgiles por naturaleza


Uno llega a esta vida 
y ya es un boxeador innato, 
recibe golpes 
y da unos cuantos.

Biofiloaeda

domingo, 3 de marzo de 2013

Mar de versos


La poesía del mar 
verso a verso 
la va trayendo el viento 
con ayuda de la luna
hasta estrellarse con otro verso 
y devolver la rima.

Biofiloaeda

sábado, 2 de marzo de 2013

Plan de tarde


Una tarde de estas
te leeré poesía
o ella te leerá a ti.

Biofiloaeda

jueves, 28 de febrero de 2013

...


Los puntos suspensivos
parecen tres tristes puntitos
sin razón de vida
pero van al infinito
agarrados de la mano
cargando todo un universo
en sus diminutos brazos:
toda la poesía
toda la música
todas las alegrías
todas las tristezas 
...
y también todos los otros puntos suspensivos
que nos miran con cara de etcéteras.

Biofiloaeda

miércoles, 27 de febrero de 2013

Lázaro ¿quieres levantarte?


«Levántate y anda», le ordenó Jesucristo a Lázaro, pero jamás se le ocurrió la elegante y decente idea de preguntarle si él quería hacerlo.

Biofiloaeda

martes, 26 de febrero de 2013

La tormenta perfecta


Juntos podemos ser
una tormenta perfecta
perfectamente mágica
perfectamente poética
con el poder suficiente
para destruir el mundo
y armarlo de nuevo
con la magia exacta
y la poesía adecuada
en armonía perfecta
pero solos no podemos
no puedes sola tú
no puedo solo yo.

Biofiloaeda

Multiplicación solitaria


Debiste dejarme 
con mi soledad primaria
era sólo una, 
huérfana y nostálgica
torpe y destrozada
ahora la duplicaste
dejaste una doble soledad:
aquella vieja antisocial 
y esa joven que te extraña.

Biofiloaeda

lunes, 25 de febrero de 2013

Natura poeticus


¿Te has sentado alguna vez
en cualquier andén
mientras escuchas susurrar al viento
y miras las estrellas
y un relámpago lejano
ilumina momentáneamente el cielo?

Deberías intentarlo
eso es
verdaderamente es
un recital de poesía.

Biofiloaeda

Química del llanto


Llorar 
es el proceso mediante el cual
una tristeza 
pasa de estado etéreo 
a líquido.

Biofiloaeda

domingo, 24 de febrero de 2013

Recuerdos descendentes


Esas gotitas de lluvia
que rítmicamente
golpean mi tejado
parece que pronunciaran
tu infinito y bello nombre
como un inopinado verso
líquido, inexorable y continuo
que clama tu presencia
en este inmenso frío
lleno de soledades
plagado de saudade
colmado de hastío.

Biofiloaeda


sábado, 23 de febrero de 2013

Smile against Atropos


A la muerte 
le incomoda tu alegría
por eso le pide al tiempo
que se lleve tus dientes
creyendo erradamente
que se lleva la sonrisa.

Sonríe, sonríe exacerbantemente
sonríe hasta quedarte sin dientes
y, cuando te quedes sin dientes,
sonríe mucho más.

Biofiloaeda

viernes, 22 de febrero de 2013

Antieureka


Estoy buscando un poema 
que armonice perfectamente con tus ojos,
paso páginas y páginas
pero no encuentro ningún verso
tan perfectamente hermoso.

Biofiloaeda

miércoles, 20 de febrero de 2013

Metamorfosis numérica


Una buena tarde una cifra se cansó de sumas y restas, prefirió la infinidad, y se convirtió en sinnúmero.

Biofiloaeda

martes, 19 de febrero de 2013

La petite mort


Llévame suavemente
a esa pequeña muerte
de la caricia nepente 
del abrazo inerte
del sudor con suerte.

No importa si tu amor
olvidas con tu ropa
el mío se irá conmigo
hasta esa tumba loca.

Pero baila alegremente
en este pequeño funeral
para que no sea tan triste
dar la despedida final.

Biofiloaeda

lunes, 18 de febrero de 2013

Miradas ciegas


Una buena mañana llena de trabajadores preocupados y estudiantes atareados, de esas en que no llueve pero no hace sol. Una buena mañana, esa mañana, él la notó a ella, él la vio subirse a aquel transporte público. Él la notó pero no le prestó mucha atención, no en ese momento, no en el instante preciso en que la vio por vez primera. 

Él descendió del vehículo, ese que se alejaba acelerando con ella dentro, pero que no se llevaba sus ojos, esos se habían quedado en la mente de él. 

Ese día la jornada no fue óptima, estuvo torpe y distraído, pero hay que entenderlo, aquellos ojos lo seguían mirando en su mente y él había perdido los suyos, se habían ido con aquella joven porque ella, por dos segundos, estrelló su mirada con la de él. 

Ella también lo notó, ella también lo vio ahí sentado, escuchando distraídamente su música con aquellos aparatosos audífonos que más parecían unos calentadores de orejas que usan aquellos que viven en tierras gélidas de suelo blanco.

Ella se sentó en otro lugar y tampoco le prestó mucha atención, sólo vio que mientras él descendía ella perdía sus ojos y se quedaba con los de él en su mente. 

El día de ella también fue lleno de torpezas y distracciones. Pero no hay que juzgarlos, ni a ella ni a él, ambos habían quedado ciegos y unos ojos extraños los miraban en sus pensamientos.

Transcurrieron varios días en los que él la veía a ella subirse al autobús. Una que otra vez, no habiendo otro lugar donde sentarse, temerosamente compartieron silla, sin hablarse, sin tocarse, pero viéndose fijamente en cada uno de sus pensamientos.

Él aprendió a calcular aproximadamente la hora en la que ella ascendía al bus. Mientras, ella jugaba a un juego de azar en el que tomaba el transporte sin reparar tiempos, suponiendo que, si el hado lo quería, se encontrarían. Más tarde ella descubrió que él se subía al mismo autobús a la misma hora y el azar se dejó de lado.

Todos los días se encontraban sin encontrarse, se hablaban sin hablarse, se despedían en el pensamiento, se enamoraban sin conocerse las voces, aunque sí sabían el color de cada una de sus vestimentas, el día en que no era un buen día, olían la tristeza del otro, la alegría del otro, conocían a leguas el uno el perfume del otro y, sobre todas las cosas, se miraban sin mirarse, pero se miraban, eternamente se miraban, los ojos del uno estaban tatuados en los sueños más placenteros y en los pensamientos más íntimos y así se enamoraban cada segundo más el uno del otro.

El uno pensaba que el otro no sabía nada de su existencia, así que ninguno tomaba impulso para entablar una relación siquiera amistosa, para aunque sea conocerse las voces, ambos se encerraban en su maldita música portátil, escuchando canciones que se dedicarían y recitando mentalmente poemas que se regalarían.

Una buena mañana llena de trabajadores preocupados y estudiantes atareados, de esas en que no llueve pero no hace sol. Una buena mañana, esa mañana, él aprovechó un descuido de ella para dejarle un papelito en uno de los bolsillos de su abrigo justo antes de descender del vehículo. Cuando ella abrió el diminuto escrito encontró una declaración de amor expresada en una simple oración de cuatro palabras, sólo ellos saben si era afirmativa, interrogativa, exclamativa o lo que fuera. Parece que fue una pregunta, así lo dicta la lógica porque ella escribió inmediatamente una tímida y aún más simple respuesta al reverso del papel que jamás pudo ser entregado de vuelta porque, por cosas del hado en forma de Átropos cortando un hilo, las horas, las rutas y las mañanas jamás volvieron a hacer converger esas miradas ciegas en el mismo autobús.

Biofiloaeda

domingo, 17 de febrero de 2013

La pelota


Ahí está, entre 22 guerreros, en el centro del campo, esperando a que todo dé inicio. Aunque no parece, tiembla y no lo hace de la emoción; está temerosa, pues sabe que en breve la patearán, fuerte o suavemente, pero la patearán, la estrellarán contra postes de hierro o contra redes como si fuera un pez, la estrellarán contra vallas publicitarias, fotógrafos y espectadores. La estrellarán y seguirán estrellando, pues ese es su penoso trabajo.

Ella sabe que debe tener el mejor estado físico, pues si alguien con un alma pura no la rescata, seguirá corriendo noventa minutos por toda la cancha. 

Ella sabe que no se debe entregar a sus pasiones, que debe ser imparcial, aunque siempre es complicado, porque a veces su trabajo le da el triunfo injustamente al que menos ha hecho, pero ella no es quién para decidir eso, ella sólo está para que la pateen.

Ella sabe su importancia, es el único elemento sin el que el fútbol deja de existir, pueden no haber canchas ni estar los jugadores completos, incluso pueden faltar espectadores o árbitros, pero ella no puede faltar.

Ella emula al mundo, ella es la dueña del mundo, ella es el mundo para todos aquellos que viven por el fútbol. 

Ella es amada, aunque la cojan a patadas. Esa es la forma de demostrarle cariño, aunque a veces, cuando se va a cobrar un tiro libre o una pena máxima, el cobrador la acaricia y le da un par de besos. Incluso los arqueros la abrazan, la acarician y también le dan besos.

Ella es la codiciada, la reina del juego, su belleza está en su gordura, aunque este mundo diga lo contrario y los nuevos cánones de belleza dicten que la delgadez es la que manda, pero ella se mantiene firme, gordita, pues si no lo fuera no serviría y nadie la querría. 

Es bella, es brillante, es obediente, por eso 22 hombres cada fin de semana se pelean por ella.

Ella es feliz haciendo su trabajo, aunque tiemble al empezar, pues un trabajo como el suyo a cualquiera le daría temor, pero ella es valiente y aguanta 90 minutos y a veces más, dando vueltas y dejándose pegar.

Hoy es complicado encontrarla en su monocromático y melancólico vestido que le dio el apodo cariñoso a forma de adjetivo de «La Pecosa». Hoy se viste de colores para la fiesta de la que es protagonista. Ya no se viste de cuero como antes, se viste de telas más elegantes que mil estudiosos le ponen para que se haga más exacta, para que su trabajo sea mejor y sea más querida.

Cada domingo o cada que hay fútbol en el mundo hay una reina redonda parada en el centro del campo esperando a que 22 guerreros, o menos, se peleen por ella y que, al tocar las redes, arranque lágrimas y sonrisas, no sólo de los guerreros, sino del mundo entero que ama el fútbol. Siempre hay una simple y redondita reina esperando para arrancarle sentimientos al mundo entero.

Biofiloaeda


martes, 12 de febrero de 2013

Gotitas viajeras


Mira esas tristes gotitas aferrarse a la ventana del bus y viajar de polizones mientras te miran sin mirarte. Vienen desde un planeta lejano, de allá arriba, de quién sabe donde. Van cayendo en picada porque el motor de la nave se averió y la gravedad empuja. Se aferran a la ventana y siguen viajando mientras sus hermanas más débiles, que no resisten la fuerza poderosa de la gravedad, se las llevan consigo hacia el abismo, deslinzándose por la ventana, dejando una triste estela, un caminito que luego se convierte en nada o en más gotitas. Y abajo, abajo, muy abajo, se unen todas esas pequeñas líquidas hermanitas, esos objetos voladores sí identificados, esos simulacros de lágrimas y se van convirtiendo en charco, creando un planeta nuevo que posiblemente algún día sea río o mar u océano, porque así de grande es la fuerza de los pequeños cuando van unidos. 

Mira esas gotitas que se pegan a tu cuerpo y viajan de polizones en tu camiseta, en tu pantalón, en tu chaqueta, en tu pelo, en tu sombrero, en tus audífonos, en tu sombrilla... ¡ah!, hermosas gotas viajeras que se van convirtiendo en parte de tu cuerpo, en compañeras de tu triste ruta, en camuflaje de tus tristes lágrimas o en adorno estelar de tus tristes sonrisas.

Biofiloaeda

Inútil ambrosía fugaz y fortuita


No debimos hallarnos nunca
era sólo cuestión de horas
tú te ibas, yo me iba
no habría un pedazo tuyo
con cara de plastilina rosa
junto a mis libros viejos,
no tendría recuerdos
y mucho menos melancolías,
no habría lágrimas secas
en esta triste almohada
que guarda el aroma
de tu partida
y este poema sería más inútil
o simplemente no existiría.

Biofiloaeda

Yo lluevo, tú llueves, nosotros llovemos

¿Has notado que a veces llovemos?
No sé tú, pero yo lluevo todo el tiempo
lluevo cuando lloro
cuando tomo licor barato
o cuando fumo esos tristes cigarros viejos.

No sé tú, pero yo no hago otra cosa que llover,
lluevo sobre algunos poemas sin hacer
que se perdieron en algún rincón etéreo
o están por ahí tomándose un café.

No sé tú, pero yo siempre lluevo, 
no paro de llover sobre mis recuerdos
lluevo sobre mis amores perdidos
y lluevo sobre los que jamás encontraré.

No sé tú, pero yo siempre estoy lloviendo,
me derramo sobre las tristezas de mi cuarto
a ver si se resbalan y tropiezan 
y encuentro todas las piezas
de este corazón rompecabezas. 

Pero luego de tanto llover
me doy cuenta de que realmente, 
no sé tú, pero yo utopío.
Biofiloaeda