lunes, 15 de octubre de 2018

Beso del alma

Y allí estaba ella,
Y allí estaba yo.
Una cerveza turbia era cómplice
De una confesión profunda
Que me hizo extrañarla
Aunque me estuviera mirando,
Que nos llevó a expandir nuestras almas,
A explorar nuestros recuerdos
y a tocar partes del corazón
Que parecían haberse esfumado,
Y el mundo no importó
Ni el reloj ni la cerveza que acababa.


Y allí estaba ella,
y allí estaba yo,
Soñando con una felicidad intocable,
Prometiendo una felicidad inmortal
(Cruz, meñique, corazón),
Tomándonos las manos,
Acercándonos el uno al otro
Como no lo habíamos hecho
Ni en tres lustros, siglos o eones.


Y allí estaba ella,
Y allí estaba yo,
Agradeciendo por lo vivido,

Por el primer asiento,
Por todo lo que nos hemos dado,
Disculpándonos por el daño hecho,
Atraídos en un profundo abrazo...
Y así, por primera vez en la vida,
Nos besamos el alma
Sin tocarnos los labios.

No hay comentarios: