viernes, 6 de febrero de 2009

Tercer golpe

Tercer golpe

Golpeé tres veces a tu puerta. No contestaste. No me alejé de allí, me mantuve en pie cinco minutos esperando a que abrieras y, luego, impulsado por el desespero de no verte aparecer, por segunda vez, volví a dar tres golpes. No hubo respuesta. Cinco minutos más de espera, que esta vez parecían diez. Cuando me disponía a tocar por tercera vez, el brillo de la placa sobre el marco del portal me indicó que algo estaba mal: no eran los números que identificaban el apartamento donde solíamos pasar tardes enteras entre besos y caricias, de hecho, no recordaba dicho código numérico, también olvidé el de tu teléfono, quizá, incluso, estaba en un edificio errado, es más, tu imagen y tu nombre se esfumaron de mi mente: ¡lo olvidé, por fin lo olvidé todo! Ahora sé a qué sabe la venganza.

Biofiloaeda.

No hay comentarios: