Y aguantar estas malditas
ganas de hablarte,
y tomarme una trago,
a diario, de un licor barato
que sabe a mil demonios
para calmar la tristeza
y los saltitos hirientes
de mi corazón,
y morirme de rabia,
y recordar
y que me dé más rabia,
y mil cosas más
que duelen como el Infierno...
vaya castigo
para un error tan simple:
haberme enamorado de ti.
Biofiloaeda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario